¿En que consiste?
Aunque la cirugía estética es una parte importante de nuestra especialidad, tan solo supone una de las muchas disciplinas que abarca la Cirugía Plástica.
La cirugía reconstructiva busca devolver la función y la forma originales a las estructuras dañadas del cuerpo humano, y reconstruirlas en el caso de que estén ausentes.
Para ello, empleamos tanto materiales protésicos como los propios tejidos vivos del cuerpo humano (colgajos, injertos…) que, remodelándolos y movilizándolos de una forma estudiada y armoniosa, nos permiten reparar gran cantidad de defectos.
Tipos de cirugías reconstructivas que ofrecemos

El cáncer de mama es una de las entidades oncológicas más frecuentes en nuestro medio. Los estudios epidemiológicos señalan que al menos una de cada 10 mujeres a lo largo de su vida desarrollará esta enfermedad. Pese a que las técnicas terapéuticas y la detección precoz han conseguido unos índices de supervivencia muy elevados, las secuelas de la cirugía mamaria condicionan la calidad de vida de las pacientes.
La reconstrucción de la mama busca, mediante diferentes técnicas, restaurar la forma y la simetría consiguiendo un resultado natural.
Tumores cutáneos
Las lesiones en la piel son extremadamente frecuentes y, según su agresividad, se dividen en aquellas que son benignas y otras que se consideran malignas (cáncer de piel).
Cuando requieren tratamiento quirúrgico las cirugías suelen ser sencillas, pero puesto que la piel es una estructura visible, conviene que el cirujano responsable esté familiarizado con la armonía corporal y la estética.
Y recuerda: toda lesión pigmentada similar a un lunar grande que cumple la regla del ABCDE (Asimétrica, Bordes o Color irregular, Diámetro mayor de 0,5 cm o que Evoluciona en el tiempo) es sospechosa y se debe analizar.


Quemaduras y cicatrices
Los cirujanos plásticos somos los profesionales con más experiencia en el tratamiento de quemaduras. Los mecanismos más frecuentes de quemadura son el sol, llama o contacto con materiales calientes. Sin embargo, también pueden producirse por el paso de corriente eléctrica, derrame de productos químicos corrosivos, radiación, congelación, etc.
Este tipo de lesiones deben ser valoradas para determinar si pueden curar en un tiempo razonable por sí mismas o si, al contrario, su profundidad va a dificultar este proceso. Si las quemaduras no se tratan de forma precoz, pueden producirse complicaciones graves tales como infecciones o cicatrices patológicas que suponen un problema tanto estético como funcional.
El tratamiento más habitual de la quemadura profunda es el desbridamiento precoz (eliminar el tejido quemado) y cubrir con injertos de piel del propio paciente, aunque dependiendo de su localización y gravedad puede requerir procedimientos reconstructivos más complejos. Este proceso acelera en gran medida la curación y previene la mayor parte de complicaciones.
TRATAMIENTOS CONSERVADORES
Hidratación, presoterapia, radiofrecuencia, productos a base de silicona… En su mayoría se emplean en el tratamiento precoz de una cicatriz, cuando sospechamos que a largo plazo podría dar problemas.
INFILTRACIÓN DE CORTICOIDES
Muy efectivo, sobre todo en el caso de los queloides, un tipo de cicatrización exagerada en la que se forman nódulos sobreelevados que causan picor y dolor.
TRATAMIENTO QUIRÚRGICO
Se emplea en los casos más graves. Los diferentes procedimientos pueden tener como objetivo cambiar la configuración geométrica de las cicatrices para solucionar los problemas en la movilidad que producen (z-plastias, w-plastias, etc.) o directamente extirpar la cicatriz y sustituirla por tejido sano del propio paciente.
Cirugía de cabeza y cuello
Cara y cuello son algunas de las partes más relevantes de nuestra anatomía en cuanto a nuestra relación con el medio. Es la parte social más importante del cuerpo, nuestra carta de presentación al resto de personas. Pero no sólo eso; albergan 4 de los cinco sentidos que nos permiten estar en contacto con el medio (vista, olfato, gusto y oído). También a través de esta área anatómica llevamos a cabo actividades vitales fundamentales como respirar o comer. Y no nos olvidemos del habla, el pilar básico de la comunicación. Para todas estas funciones es necesario que las estructuras de nuestra cara estén íntegras. Un labio, una nariz o un párpado dañados tendrán sus repercusiones correspondientes en la fonación, la ingesta de comida, la respiración, el olfato o la vista, respectivamente.
Los cirujanos plásticos conocemos y aplicamos técnicas que nos permiten reconstruir estas estructuras tan importantes. En la mayoría de procedimientos empleamos tejido sobrante de otras zonas de la cabeza y el cuello (piel, cartílago, mucosa) o traído de otras regiones corporales como la costilla o el antebrazo. Estos son algunos ejemplos:

RECONSTRUCCIÓN DEL PÁRPADO
Puede llevarse a cabo con procedimientos que utilizan piel de otro párpado, de la mejilla o incluso utilizando cartílago de la oreja o la mucosa y tabique nasal.
RECONSTRUCCIÓN DE NARIZ
Dependiendo del tamaño del defecto se puede usar tejido cutáneo y mucosa de la propia nariz o requerir piel de otras zonas, como la frente o el antebrazo. En ocasiones es necesario emplear cartílago de la oreja o de la costilla.
RECONSTRUCCIÓN DEL LABIO
De especial complejidad. Para reconstruir parte de un labio se puede utilizar parte del labio restante, remodelándolo, o mucosa oral. Para defectos mayores se emplea piel e incluso tendones de otras zonas del cuerpo.
RECONSTRUCCIÓN DE BOCA Y LENGUA
La mayoría de los defectos en los que se pierde parte de la boca o la lengua son secundarios a resecciones de cánceres. En la mayoría de los casos son necesarios tejidos de otras regiones corporales como el muslo (ALT) o el antebrazo (colgajo radial), que son trasplantados a la boca mediante técnicas microquirúrgicas muy complejas.
RECONSTRUCCIÓN CUELLO CABELLUDO
A veces el cráneo pierde su cobertura cutánea a causa de traumatismos o resección de tumores. Incluso hay situaciones en las que el hueso también puede estar ausente, quedando las meninges (el tejido que cubre el cerebro) expuestas. Para cubrir estos defectos utilizamos piel del propio cuero cabelludo restante o tejidos de otras regiones corporales.
RECONTRUCCIÓN DE OREJA
Estos defectos son secundarios a anomalías congénitas, traumatismos o tumores. En casi todos los casos, la reconstrucción se lleva a cabo remodelando el tejido sobrante de la oreja o empleando piel de los alrededores. En las situaciones de anotia (ausencia) o microtia (malformación congénita con escaso desarrollo de la oreja), la reconstrucción auricular se realiza construyendo una estructura a partir de cartílago costal.
RECONSTRUCCIÓN DE FARINGE
Hay situaciones en las que, debido a tumores otorrinolaringológicos, es necesario extirpar la faringe. Para poder restaurar esta vía natural por la que la boca se conecta con el sistema digestivo, empleamos complejos procedimientos en los que reconstruimos de nuevo este tubo mediante la transferencia de piel del antebrazo (colgajo radial) o del muslo (ALT).
RECONSTRUCCIÓN de MÁNDIBULA
Para la reconstrucción de la mandíbula y el hueso maxilar, se emplea hueso del peroné, pelvis o escápula.
Fracturas faciales
La traumatología facial es el campo que se encarga del tratamiento de las heridas traumáticas y las fracturas de los huesos de la cara: la mandíbula, el maxilar, el cigomático, la nariz, la órbita y el seno frontal. El correcto tratamiento de las estructuras óseas no sólo es esencial para devolver el aspecto original a una cara traumatizada, sino también desde el punto de vista funcional. Por ejemplo:

Parálisis facial
La parálisis facial, como su propio nombre indica, es un síndrome en el cual los músculos faciales se encuentran paralizados. Puede producirse por lesiones cerebrales o por daño en el nervio que controla esta musculatura; el nervio facial.
Por lo general, afecta a una de las mitades de la cara, produciendo asimetrías en reposo y con el movimiento. Dependiendo de la causa, puede ser una parálisis completa o una simple debilidad de la musculatura.

La parálisis puede inmovilizar o debilitar una mitad completa del rostro o estructuras en concreto, tales como la boca, el párpado o la frente. Este déficit de movilidad puede causar, además de alteraciones estéticas, problemas a nivel del ojo, del habla o de la ingesta de alimentos.
Para su tratamiento hay diferentes opciones:
Reconstrucción de extremidades
Nuestras extremidades desempeñan un papel esencial en el desarrollo de muchas tareas diarias en el ámbito del ocio, el laboral o en la autonomía personal. Su reconstrucción quirúrgica implica el uso de técnicas complejas para conseguir un resultado funcional. En numerosas ocasiones implica la actuación conjunta de cirujanos plásticos y ortopédicos, en un abordaje multidisciplinar conocido como cirugía ortoplástica. Nuestros especialistas poseen experiencia en dicho campo por múltiples colaboraciones que llevamos a cabo en centros traumatológicos tratando lesiones complejas de los brazos y las piernas.

Cirugía de la mano
La Cirugía de la mano es una subespecialidad de la Cirugía Plástica. En nuestro equipo contamos con especialistas formados en esta disciplina en centros de renombre internacional.
Algunas de las patologías más frecuentes de la mano, para las que ofrecemos tratamiento en nuestro centro, son las siguientes:

NEUROPATÍAS POR ATRAPAMIENTO
En estas patologías los nervios de la mano se encuentran atrapados en algún punto, causando dolor, adormecimiento y debilidad. Entre ellas encontramos cuadros muy frecuentes como el síndrome del túnel del carpo o el síndrome del túnel cubital.
TENOSINOVITIS y tenovaginitis
Enfermedades en las que se produce inflamación de los tendones o de las vainas que los envuelven, provocando dolor y dificultad para la movilidad. Ejemplos muy habituales son el dedo en gatillo o la enfermedad de De Quervain.
enfermedad de dupuytren
Patología muy frecuente en la que, de forma espontánea, aparecen bandas de tejido fibroso, produciendo progresivamente deformidades en la mano y la muñeca. En los casos más leves, se puede tratar sin necesidad de cirugía mediante inyecciones de colagenasa o por abordaje percutáneo con agujas. Sin embargo, las formas más severas necesitan una solución quirúrgica para resecar estas bandas y restaurar la movilidad completa de la mano y los dedos.
fracturas
Las fracturas de la mano y de la muñeca pueden ser tratadas de forma conservadora o requerir de una fijación mediante dispositivos de osteosíntesis (agujas, placas, tornillos, etc.), para restaurar la movilidad de forma precoz.
patología del carpo
Los huesos y ligamentos del carpo son las estructuras que unen la mano con el antebrazo. Su integridad y correcto alineamiento son vitales para una buena movilidad de la muñeca, sin dolor ni limitaciones. La estructura que con más frecuencia se ve afectada es el hueso escafoides (fracturas agudas y crónicas, lesiones ligamentosas, necrosis avasculares, etc.). Dada la complejidad de estas estructuras, los problemas de muñeca deben ser valorados por especialistas familiarizados con la biomecánica y la cirugía del carpo.
artrosis y patología articular
La artrosis es una enfermedad degenerativa del cartílago articular con un importante componente genético. Sus manifestaciones más habituales son los gangliones y la rizartrosis (artrosis de la base del pulgar). Las numerosas terapias que existen para el manejo del dolor y la limitación funcional de la artrosis van desde el tratamiento conservador con ortesis e infiltraciones de corticoides hasta la cirugía: resección de articulaciones dañadas, colocación de prótesis articulares, fusión de articulaciones…
lesiones tendinosas
En su mayoría se producen de forma traumática, por objetos cortantes. Pueden ser tratados de forma aguda mediante una sutura minuciosa de los tendones y la reconstrucción de los sistemas de poleas. Las lesiones tendinosas también pueden aparecer de forma crónica y, en ese caso, se necesitan injertos o transferencias tendinosas para su corrección.
mano reumática
La artritis reumatoide y otras enfermedades reumáticas son entidades frecuentes que provocan dolor, deformidad y limitación funcional en la mano. Pese a que los últimos tratamientos farmacológicos están mostrando resultados espectaculares, hay situaciones en las que la cirugía es necesaria para corregir las deformidades ya establecidas o para frenar el progreso de ciertos aspectos de la enfermedad.
defectOs cutáneos y cicatrices
Dado el poco espesor de la piel en la mano y la exposición de la misma a traumatismos, no es raro que se produzcan lesiones en las que estructuras como el hueso o los tendones quedan expuestos. Para el tratamiento de estas pérdidas de cobertura cutánea, es necesario un cirujano con experiencia en transferir tejido sano de otras partes de la mano o del cuerpo. Del mismo modo, las cicatrices que provocan retracción también pueden limitar la movilidad de la mano. Sustituir este tejido cicatricial por piel sana de forma precoz es vital para evitar contracturas articulares irreversibles.
síndrome del dolor complejo
El síndrome de dolor complejo, antes conocido como distrofia simpático refleja o enfermedad de Sudek, es un síndrome en el cual se produce dolor, rigidez, inflamación y pérdida de sustancia ósea en la mano. Casi siempre aparece de forma secundaria a un traumatismo o cirugía. Pese a que su origen no está esclarecido, numerosos expertos aseguran que se produce de forma secundaria a lesiones nerviosas que han pasado desapercibidas. Aunque el tratamiento quirúrgico no ofrece la resolución de los síntomas en el 100% de los casos, localizar la lesión nerviosa y tratarla puede ayudar al alivio de los síntomas.
mano mutilada
Se describe como aquella que, de forma secundaria a un traumatismo o una cirugía, ha perdido alguna de sus estructuras (por lo general dedos). Cuando el grado de mutilación es severo o afecta al pulgar, puede requerir cirugías complejas para restaurar su función, como puede ser la creación de un pulgar a partir de otros dedos de la mano o de la transferencia de dedos del pie.
artRoscopia de muñeca
Este novedoso procedimiento mínimamente invasivo permite el tratamiento de múltiples problemas de muñeca mediante la introducción de una pequeña cámara e instrumental dentro de la articulación a través de pequeños orificios. Posee numerosas ventajas respecto a la cirugía abierta, tales como la ausencia de cicatrices, una rápida recuperación y un menor dolor postquirúrgico. La artroscopia a veces se asocia a algunos procedimientos habituales, como el tratamiento de ciertas fracturas, ofreciendo mejores resultados que el abordaje clásico. Si sufres de un problema de muñeca, es conveniente que consultes con un especialista con experiencia en esta técnica, por si pudieras beneficiarte de ella.
Microcirugía Reconstructiva
La Microcirugía consiste en realizar cirugía utilizando un microscopio. Además, en cirugía reconstructiva, el término adquiere una connotación especial:
La cirugía reconstructiva tiene como objetivo reconstruir partes del cuerpo o devolver su función a aquellas que la han perdido. Para ello utilizamos otras partes del cuerpo cuya función es prescindible o mucho menos importante que la estructura a reconstruir. Ejemplos: usar el hueso peroné para reconstruir una mandíbula, utilizar grasa y piel del abdomen para reconstruir una mama, emplear el músculo gracilis de la pierna para devolver la movilidad a una cara afectada por parálisis facial o transferir un dedo gordo del pie a la mano para reconstruir un pulgar amputado. Estas partes del cuerpo que transferimos de un lado a otro tienen el nombre técnico de “colgajos libres”.
Sin embargo, mover estas estructuras de un sitio a otro no es sencillo. Para que sobrevivan en su nueva ubicación necesitan recibir un flujo sanguíneo adecuado; de lo contrario, morirían. Por eso, cuando extraemos un colgajo libre de su lecho, lo hacemos llevando con él la arteria y la vena que lo nutren. Una vez transferido el colgajo a su nueva localización, cosemos estos vasos del colgajo a una arteria y una vena receptoras, utilizando un microscopio y suturas diminutas. De este modo, el tejido trasplantado recibe sangre y sobrevive.
